domingo, 10 de octubre de 2010

La otra Paolina

En Santa María Maggiore en Roma, se encuentra la tumba de Paolina Bonaparte, una de las hermanas de Napoleón. A sus 25 años, posó para la "Venux Victrix" de Canova. Esta escultura encierra un secreto que, de haberse revelado, hubiese afectado la reputación del artista.

En entradas anteriores hemos charlado sobre la capilla Paolina de la Basílica Santa Maria Maggiore de Roma. Hablamos sobre el ícono Salus Populi Romani y sobre como, según la tradición, al ser llevado en procesión por el papa San Gregorio Magno dio por terminada la Plaga que estaba asolando Roma, un hecho que después analizamos matemáticamente en base a la ecuación logística.

Ahora quisiera referirme a una tumba que se encuentra junto a la de los dos papas de la familia Borghese, Clemente VIII (1536-1605), y Pablo V (1550-1621), en la capilla Paolina. Como ya mencionamos, este último -cuyo nombre original era Camilo Borghese- fue responsable de la construcción de la capilla; y es por este motivo que la misma es conocida como Capella Paolina. Pero muchos creen que el nombre de la capilla se debe a esa otra persona que también tiene su tumba allí. Me estoy refiriendo a Paolina Bonaparte Borghese (1780-1825), hermana de Napoleón.

Según sabemos, Paolina fue una mujer de gran belleza. Varios retratos suyos, como el de esta miniatura [1], así lo atestiguan. Además, era muy poco afecta a mantener las convenciones sociales, hasta el punto que hoy sería un personaje extremadamente escandaloso de la farándula internacional, algo así como una Paris Hilton "Imperial". Era aún menor de edad cuando su hermano, cansado de los constantes escándalos amorosos en que la joven se veía envuelta, decidió casarla con el General Charles-Victor-Emmanuel Leclerc (1772 - 1802). El tenía 25 años y ella 17. De este matrimonio nació un único hijo, Dernida Luis Napoleón Leclerc, quien falleció a los dos años de edad, en 1804.

Paolina acompañó a su esposo a Santo Domingo, a donde este había sido enviado para expulsar al rebelde François Dominique Toussaint-Louverture (1743 - 1803). Dicen que la joven engañó constantemente a su marido, inclusive con soldados y oficiales bajo su comando. En 1802 la fiebre amarilla la dejó viuda. Paolina, de 22 años, regresó a Paris con el corazón de su marido en una urna de oro que decía: "Paulette Bonaparte, casada con el general Leclerc el 26 pradial, año cinco, ha encerrado en esta urna su amor junto al corazón de su esposo…". Llevaba también cuatro esclavas y al robusto sirviente negro Rode, quien cada mañana la transportaba en brazos a su bañera para sus abluciones con leche de cabra. Además, se comentaba que usaba a sus damas de compañía como escabeles para sus delicados pies.

Al poco tiempo de regresar a Europa, Paolina se casó nuevamente, esta vez con el italiano Camillo Borghese. Dicen que su nuevo marido era más bien petizo y regordete, pero de cuna noble y extremadamente rico.

Ya a mediados del siglo XX, el vertiginoso paso de Paolina por Santo Domingo fue novelado por el escritor cubano Alejo Carpentier (1904 - 1980) en El reino de este mundo (1949), en donde Paolina es el único personaje principal femenino. Algunos años después su vida volvió a ser retratada en la película Venere Imperiale (1963), dirigida por el prolífico Jean Delannoy (1908-2008), y con la actuación de Gina Lollobrigida (1927) en el papel protagónico. También aparece en algunas de las versiones de Desireé, empezando por la que en 1954 dirigió Henry Koster (1905 - 1988) y protagonizó Marlon Brando (1924 - 2004). En esa película, el papel de Paolina lo interpreto la poco conocida Charlotte Austin (1933). Muy recientemente apareció una biografía novelada, “Pauline Bonaparte: Venus of Empire”, escrita por Flora Fraser (London: Knopf, 2009).

En la imagen anterior vemos a Paolina en un óleo de Robert Lefèvre (1755 - 1830), retrato oficial de la Princesa Borghese que se encuentra en el castillo de Versalles. Luce una serie de piezas de joyería encargadas por su marido al orfebre parisino Marie-Étienne Nitot (1750-1809) y a su hijo François-Regnault (1779-1853), y realizadas en base a 24 camafeos antiguos en sardónice de su colección personal. Entre ellas se destaca la famosa "diadema del silencio de los siete camafeos" (que se aprecia muy bien en este otro retrato de 1809, también de Lefèbre), y la tiara-cinta que, combinada con un ancho broche, hace las veces de un cinturón destinado a subrayar el busto. Como diría el diario "Le journal des Dames", el 25 de Ventoso de 1805:
« una mujer a la moda que quiere rivalizar con la princesa Borguese está obligada a portar camafeos en la cintura, camafeos en su collar, un camafeo en cada uno de sus brazaletes, un camafeo en su diadema… Las piedras antiguas y en su defecto, las conchas grabadas, están más en boga que nunca y las elegantes así como los hombres de la clase opulenta los ostentan con profusión… ».
Pero la fama imperecedera de Paolina no se debe tanto a sus joyas, la ubicación de su tumba, sus excesos amorosos, o su poderoso hermano, como al haber posado para una de las más célebres esculturas de uno de los más célebres artistas de su época. En 1805, apenas arribada a Roma con su nuevo esposo, la joven Paolina, de sólo 25 años, posó ante Antonio Canova (1757 - 1822) para su famosa escultura de la Venux Victrix. En este homenaje al canon griego, Venus/Paolina aparece recostada en un diván sosteniendo una manzana en su mano izquierda en evocación de su victoria en el Juicio de Paris. La base de madera en forma de catafalco tenía un mecanismo que hacía rotar la escultura, para que pudiera ser observada desde todos los ángulos. Actualmente, la Venus Victrix puede ser apreciada en la Galleria Borghese, en una sala cuyo techo muestra un fresco justamente referido al Juicio de Paris, obra de 1779 realizada por Domenico de Angelis (1852-1904).

Lo que no he dicho aún, es que en la escultura Paolina aparece desnuda. Debe tenerse en cuenta que en esa época (como en casi todas las épocas) el desnudo no era precisamente una forma usual de representar a un personaje público, sobre todo si pertenecía a las clases más acomodadas. De hecho, la obra produjo un gran escándalo. Se dice que cuando alguien le pregunto a Paolina cómo se había atrevido a posar con tan poca ropa encima, ella replicó que se puso una estufa en el estudio para que no pasara frío. Esta desinhibida respuesta fue la comidilla de la sociedad romana por bastante tiempo. Pero todo esto hubiese empalidecido de haberse revelado el secreto que, paradójicamente, la escultura escondía a la vista de todos, y que hubiese afectado más la reputación de Canova que la de la misma Paolina. Tal como veremos en la próxima entrada, para que la escultura de Canova fuese una representación absolutamente fidedigna de su gran belleza, la modelo había ido mucho más lejos que simplemente posar desnuda.



  1. "La bella Griega", acuarela sobre marfil (9 x 7 cm) basada en una representación de Paolina Bonaparte realizada por Salomon Guillaume Counis (1785-1859).

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