domingo, 4 de septiembre de 2011

Ballet Mécanique

Mi Ballet Mécanique es la primera pieza que ha sido compuesta en este Mundo desde y para las máquinas [...] Mi Ballet Mécanique [...] está hecho de tiempo y sonido... los dos materiales, materiales fundamentales, de los que está hecha la música. [...] En mi Ballet Mécanique le ofrezco por primera vez, música que es dura y bella como un diamante ... El Ballet Mécanique es la primera pieza del Mundo que ha sido concebida como una unidad sin interrupción, como una sólida viga de acero... [1]



La semana pasada hablamos del compositor George Antheil (1900 - 1959) en relación con la patente que realizó junto con Hedy Lamar en la década de 1940. Hoy quisiera dedicarme a "Ballet Mécanique", la obra que compuso entre 1923 y 1925.

Antes de continuar, aclaremos un punto importante: No se trata de un ballet de personas, sino de instrumentos mecánicos, más específicamente pianolas, timbres eléctricos y hélices de avión. En la foto vemos una función realizada por MusikFabrk, en el Klavierfestival Ruhr, de Essen, Alemania, en Agosto de 2002.


La obra fue originalmente escrita para acompañar una película dadaista de igual título, dirigida por Dudley Murphy (1897 - 1968) y Fernand Léger (1881 - 1955), con cinematografía del mismo Murphy y de Man Ray (1890 - 1976). La producción fue del empresario artístico André Charlot (1882 - 1956). De hecho, al comienzo de la película, se lee el título "Charlot présente le ballet mécanique", mientras en el fondo se ve una caricatura de Charles Chaplin, es decir Charlot.



Sin embargo, desde el comienzo, la música y la película siguieron caminos separados. La película fue estrenada en Viena el 24 de Setiembre de 1924, mientras que la música tuvo su première como pieza de concierto en París el 19 de Junio de 1926. Más aún, mientras la película dura 16 minutos, la obra musical puede llegar a extenderse hasta media hora dependiendo de la versión. Según Paul D. Lehrman [2], una primera reunión de ambas obras ocurrió en 1935, cuando aparentemente Antheil tocó su composición al piano durante una proyección realizada en el Museo de Arte Moderno de Nueva York. Sin embargo, no he podido corroborar esta afirmación. Otras proyecciones de la película con la música ejecutada en vivo se realizaron durante las décadas de 1980 y 1990. Pero no fue sino hasta el 5 de Mayo de 2001 cuando se realizó en la Universidad Brandeis de Waltham, Massachusetts, la première mundial de la película y la música unidas, en una versión creada por Paul D. Lehrman [3]. Una completísima descripción de cómo ambas obras fueron ensambladas puede encontrarse en los siguientes artículos de Lehrman;

Como decía, la obra de Antheil, separada de la película, fue estrenada en Paris en 1926. Según nos cuenta Lehrman en sus artículos para Sound on Sound,
Cuando los parisinos escucharon la pieza por primera vez en 1926 (en una versión para piano solista) fue un enorme éxito - si se mide el éxito por la cantidad de desorden civil que generó, y que -de hecho- era la manera en que funcionaban las cosas en ese momento en París. Hubo "abucheos" y hasta peleas en la platea (y más tarde en la calle) entre los partidarios y los detractores de Antheil. Fue la mayor revuelta artística desde el estreno de la Consagración de la Primavera de Stravinsky 13 años antes, e hizo del joven compositor la comidilla de la ciudad. "Antheil tiene a París asida de la oreja", escribió el compositor Aaron Copland. Un promotor de Estados Unidos trató de hacer lo mismo al año siguiente en el Carnegie Hall de Nueva York, pero el esfuerzo resultó mal. Parece que el público de Nueva York no estaba de humor para ese tipo de cosas, y algunas dificultades técnicas (como la sirena que comenzó a sonar un minuto tarde y continuó chirriando hasta después de haber terminado la pieza, porque alguien se olvidó de decirle al ejecutante que tenía que hacer girar la manivela durante un rato antes de que esta empezara a sonar) indujeron a la risa y la burla.
Desafortunadamente, la obra fue recibida muy mal - tan mal, que la reputación de Antheil como compositor nunca se recuperó.
La orquestación original requería 16 pianolas, 2 pianos, 2 xilófonos, al menos 7 timbres eléctricos, 3 hélices de avión, 4 bombos y 1 gong. Sin embargo, en esa época no era posible lograr sincronizar tal número de pianolas, por lo cual Antheil compuso versiones más reducidas. Por ejemplo, en 1953 escribió una versión para cuatro pianos, cuatro xilófonos, dos timbres eléctricos, dos hélices, gong, glockenspiel y otros instrumentos de percusión. Ya en 1927 Antheil había realizado un arreglo para un piano mecánico Welte-Mignon, que se tocó por primera vez el 16 de Julio de 1927. Esos primeros rollos se han perdido.

Merece una mención especial la ejecución automática realizada en 2006, por obra de Lehrman y la League of Electronic Musical Urban Robots (LEMUR) [4] dirigida por Eric Singer. No. No me refiero al baterista que ha tocado con Kiss o Alice Cooper. Se trata de otro Eric Singer [5], músico e ingeniero. Se puede encontrar más información sobre ésta y otras ejecuciones en la siguiente página de internet: Paul D. Lehrman: The Ballet Mécanique Page

Según Carol J. Oja [6]
Ballet Mécanique merece crédito por varias innovaciones sorprendentes de composición. Muchas veces descartada como un mero truco, es sin embargo una composición fundamentalmente radical que incorpora técnicas tales como el silencio, el ruido y el uso extremo de la repetición literal - técnicas que décadas más tarde serían declaradas revolucionarias. 
La retorica de Antheil va de la mano con algunos sorprendentes avances musicales que se revelan en su partitura manuscrita de 1926. Primero es el uso del silencio. Aunque hoy en día John Cage es considerado el gran innovador del uso del silencio, especialmente a partir de su famoso 4 minutos y 33 segundos de 1952, tiene un importante predecesor en Antheil. Hacia el final de la versión de 1926 de Ballet Mécanique, Antheil incorporó períodos de silencio progresivamente más largos, a los que somos conducidos por episodios con timbres eléctricos sin acompañaniento. [...] Al ocurrir de manera irregular y disjunta, estas razgaduras del tejido sonoro básico suspenden peligrosamente el impulso musical, y su anuncio por los timbres eléctricos incorporan un significado Dadaista. [Recordemos que] en lo que Tristan Tzara llamó "El début del Dadaismo en París" en 1920, Tzara leía el artículo de un diario mientras un timbre eléctrico sonaba tan fuerte que nadie podía escuchar lo que decía [7].
La otra innovación de Antheil [8]  fue el uso extremo de la repetición:
Aunque la repetición es fundamental en el Ballet Mécanique, usualmente aparece en pequeñas dosis. Pero hay un punto, a unos tres quintos de la longitud de la obra donde un patrón fluctuante de clústeres de seis a ocho notas se repite por un extraordinario total de cuarenta y cuatro veces. Al principio lo hace con pequeñas mutaciones internas, pero una vez que el patrón se asienta en un surco implacable, el pasaje se abalanza con una redundancia que nubla la mente. [9]
En una carta a su alumno Israel Citkowitz (1909 - 1974), escrita poco después de la première en Paris de Ballet Mécanique, Aaron Copland (1900 - 1990, en la foto) escribió sobre George Antheil [10]:
Estoy honestamente inclinado a repetir mi irrevocable convicción de que este chico es un genio. Pero debo agregar que aún tiene que escribir una obra que lo demuestre. Si continua tal como ha comenzado, la suma total de todo su genio será exactamente igual a cero.


Tal vez, con el tiempo, se llegue a apreciar que la justa medida de Antheil no fue de suma nula después de todo.
  1. George Antheil, "Mi Ballet Mécanique", en Die Stijl, vol 6, nro 12 (1925).
  2. Paul D. Lehrman: About the Film Ballet Mécanique.
  3. http://www.paul-lehrman.com
  4. http://lemurbots.org/
  5. http://ericsinger.com/old/biocv.html
  6. Carol J. Oja: George Antheil's Ballet Mécanique and Transatlantic Modernism, en Townsend Ludington: A modern mosaic: art and modernism in the United States (UNC Press Books, 2000), p. 178. 
  7. Carol J. Oja, ibid, p. 186.
  8. Una idea similar ya había sido utilizada por Erik Satie en su Reâche de 1924, y sería esencial a corrientes actuales de minimalismo.
  9. Carol J. Oja, ibid, p. 188.
  10. citado por Robert M. Crunden: Body and Soul: the making of American modernism (Basic Books, 2000), p 311.


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