domingo, 16 de octubre de 2011

Richard Serra

Desde un ángulo apropiado, "Torsión elíptica" parece ser un gran cilindro, inclinado asimétricamente, dentro del cual uno puede entrar por una rendija sobre uno de sus lados. [...] Donde encuentra el piso, la Torsión Elíptica describe un perímetro elíptico. Pero miré para arriba, y verá la misma elipse encima suyo, formada por el borde superior de la escultura - aunque rotada fuera de alineación [...] A medida que conecta suavemente las dos elipses, la escultura de acero de 5 cm de espesor se deforma y se curva de maneras que uno no puede predecir ni creer. [1]



El escultor minimalista Richard Serra, nacido en San Francisco en 1939, ha alcanzado fama internacional por sus gigantescas obras en acero patinable o "corten". Este es un tipo de acero cuya oxidación superficial, impermeable al agua, impide que la misma continúe propagándose hacia el interior. De esta manera no es necesario pintarlo o galvanizarlo. Su color cobrizo anaranjado, que se vuelve más oscuro cuando se expone a la intemperie, se debe a su alto contenido de cobre, cromo y níquel. En la siguiente foto vemos su obra "El Vórtice", instalada fuera del Museo de Arte Moderno de Fort Worth.



Este acero tan particular también ha sido utilizado por otros artistas como Pablo Picasso (1881 - 1973), notoriamente en la escultura que realizó para el Richard J. Daley Center de Chicago, en la década de 1960,


Por su parte, el escultor británico Antony Gormley (1950) también eligió este material para su "Angel del Norte", una gigantesca obra de 20 metros de altura erigida en 1998 en Gateshead, Inglaterra.



Eduardo Chillida (1924 - 2002) es otro reconocido escultor que ha utilizado el acero corten.

El conocimiento de Serra sobre las propiedades y manipulación de este material, proviene de su época de juventud. Mientras estudiaba Literatura en la Universidad de California, se mantenía con el sueldo que le pagaban en una acería. También su familiaridad con los astilleros de San Francisco, donde su padre de origen ruso trabajaba como montador de tuberías, influyó en su trabajo posterior. Años más tarde diría que [2]
Toda la materia prima que necesitaba se encontraba en la reserva de esta memoria que se ha convertido en un sueño recurrente. 
Sus obras parecen de una simplicidad extrema. Formas geométricas planas o levemente curvadas y auto-sostenidas. Sin embargo, este minimalismo puede resultar engañoso, ya que no hay nada de simple en su diseño.
La manipulación plástica del acero, otorgándole una flexibilidad casi expresionista, genera una sensación de blandura o ligereza, aún siendo conscientes del enorme tonelaje de cada una de estas planchas percibido a corta distancia. En realidad, cada planca de acero ha sido doblada por medio de una enorme compresión, alcanzando un peso de 20 toneladas por plancha, con alturas que oscilan entre los 3,5 y 4 metros. Asimismo, Serra enfatiza una percepción táctil a través de la "piel" de sus obras, de las texturas, de los cambios cromáticos de la pátina oxidada del Corten, de la incidencia de la luz sobre los volúmenes curvos de las planchas.[...] El procedimiento de torsión imprime además un dinamismo a la pieza. Como resultado, se penetra en un volumen que rota y que se mueve conjuntamente con el movimiento del espectador. [3]
Consideremos, por ejemplo, la obra Torsión Elíptica (Torqued Ellipse), creada por Richard Serra en 2003-2004, y que es la más "simple" de las siete esculturas que se encuentran en el Museo Guggengeim de Bilbao. Es una enorme plancha de acero corten de 5 cm de espesor, doblada en una pieza de 427 cm de altura y mas de 8 metros de lado. Lamentablemente, no puedo mostrarla aquí por motivos de copyright, pero nada impide que copie el enlace a la página del museo, donde podrán verla.

Tal como mencionábamos al comienzo de esta entrada:
Donde encuentra el piso, la Torsión Elíptica describe un perímetro elíptico. Pero miré para arriba, y verá la misma elipse encima suyo, formada por el borde superior de la escultura - aunque rotada fuera de alineación [...] A medida que conecta suavemente las dos elipses, la escultura se deforma y se curva de maneras que uno no puede predecir ni creer. [1]
Y allí radica, para mí, uno de los aspectos más fascinantes de esta obra. Más allá de su textura, su grandilocuencia, la compresión física y sicológica que imprime el deambular por su interior, la perplejidad de su diseño, la aparente liviandad de un objeto que sabemos inmensamente pesado, y prescindiendo de las galimatías de mucha (demasiada) crítica artística, hay dos aspectos que -en mi opinión- merecerían una atención que no han recibido:

  • Por un lado, la elección de la elipse como forma geométrica básica. Una figura de construcción sencilla, conocida desde la antigüedad, pero re-descubierta por la ciencia del siglo XVII como la órbita que recorren los planetas en su movimiento alrededor del Sol.
  • Por otro lado, la torsión misma, que le confiere ese aspecto dinámico tan característico. Tal como veremos en una próxima entrada, no hay una única manera de realizar esta torsión. Y esto confiere a la obra una perplejidad adicional. No es fácil discernir su mecanismo de diseño.

Justamente, el título de esta obra, "Torsión elíptica" resalta estos dos aspectos de la obra: Su forma elíptica y su torsión. Parecen ser, y naturalmente son, las características más evidentes de la obra, Pero detrás de ellas, se esconde una complejidad insospechada. Por ejemplo, podríamos imaginar una elipse que se va elevando del suelo, mientras que al mismo tiempo gira, hasta genera esa forma tubular. Si ese fuese el caso de la obra de Serra, y no digo que lo sea, estaríamos ante una representación del espacio-tiempo que es característica de la física, donde en uno de los ejes espaciales se representa el tiempo de una construcción plana. Y eso tiene su correlato en una formulación de la dinámica clásica que se vale de conceptos tales como el tubo de trayectorias y los invariantes integrales. Pero ese es tema para una futura entrada... Hasta entonces...


  1. Kenneth Baker, Can cold, hard steel turn sinuous? Richard Serra's enormous sculptures snake through space, time, Chronicle Art Critic (2005).

  2. David Seidner: Richard Serra, Bomb 42/winter, 1993.
  3. Ma. Angeles Layuno Rosas: Richard Serra, Arte Hoy / Art Today, 12 (Editorial Nerea, 2008) p. 68.

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